Fuera de Base.

Salgo, con mis respectivas croncs, mi distintivo collar de dientes y mis espejuelos. Al salir siento como que al pasar por la puerta de hierro blanca con figuras iré a la guerra o a librar algún tipo de batalla, en el momento que define el pase desde dentro de mi casa a la calle, en mi, pasan infinidades de minutos, que en realidad, no son más que un paso hacia delante, pero en ese momento mi cabeza, influenciada por el ello de tener que escribir sobre lo que voy a vivir, me hace pensar a ¿qué debo prestar atención? ¿Porque debería escribir?
Al entrar en el campo de batalla que no es más que una calle de centro habana cualquiera, pierdo toda la seguridad que me brindaba mi casa. Es hay pero que me constato de algo, en primero, que no era el típico escenario al cual estaba acostumbrado, no había nadie en la calle, solo un mulato sentado en la esquina frente al basurero, no sentí alivio, sino desilusión, estaba preparado a encontrarme con el típico grupo de gente en la esquina y los innumerables peatones transitando por la calle, mientras me voy acercando, percibo la temperatura cálida que hay en la atmosfera, me doy cuenta de un hombre apoyado en proximidad de un almendrón parqueado antes de llegar al cruce donde está el basurero y a su opuesto, no un mulato sino dos, que por la lejanía anteriormente no había logrado ver, cuando llego al basurero trato de percibir si ellos han notado mi presencia o no les ha importado en lo más mínimo, uno de los dos está hablando de su última aventura romántica dicho en buen sentido y el otro percibo que me está mirando, no escondo que en ese momento pensé en dos cosas, primero en mis olores acumulados de un día muy cálido y por segundo en sus espejuelos que tenían un cierto parecido con los míos, pero, eran más toscos, continuo mi caminata de regreso a mi base, cuando veo que hay un tipo parado en la esquina mirándome marcadamente, es ahí cuando acelero el paso y empiezo a tener en cuenta todas las posibilidades de reacción por parte de él, del tipo un poco más adelante y de los dos tipos que estaban caminando en medio de la calle,
trazo todo una ruta con tal de evitar y llego hasta la puerta de entrada, al cerrarla dejo afuera ese aparente pánico que me había presidido hace unos segundo , me doy cuenta que en mi casa hay la misma temperatura que en la calle pero me es curioso, lo hostil que me pudo parecer ese calor en la calle y como ahora ese mismo estado térmico lo interpreto como acogedor y protector.

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